COMENTARIOS AL TEMA: “LA
RELIGIÓN COMO ELEMENTO TEÓRICO VIVENCIAL DE LA COSMOVISIÓN”
ü Cosmovisión
El ser humano con el
simple hecho de pretender formar parte de una religión ya asemeja una
cosmovisión, y por su parte la misma religión manifiesta su propia cosmovisión:
serie de actitudes que practica una persona. La religión son expresiones
vivenciales. A través de la religión las creencias pasan a formar parte de su
vida.
ü La
vivencia y la naturaleza de lo religioso.
La religión es objeto
de estudio a partir del siglo 19, actualmente se considera una ciencia
notablemente desarrollada, existe diversidad y se usan técnicas descriptivas y
deductivas para elegir una religión. Desde la fenomenología la religión va más
allá de una relación con dios. Las personas buscan un fin último más que una
divinidad.
ü Relatividad
y conocimiento.
El ser humano suele a
relacionar los fenómenos “Sobrenaturales” con la religión, y a sobrenatural nos
referimos a los hechos a los que no encuentra explicación o en su caso no tiene
el conocimiento requerido para describirlos y comprenderlos desde un punto
empírico.
No hay religión sin lo sagrado, es decir
que no hay religión sin un símbolo al cual adorar, como por ejemplo la cruz. La
experiencia con lo sagrado vivifica el conjunto de diversas manifestaciones de
la vida religiosa. Ésta se presenta como el conjunto de las relaciones del
hombre con lo sagrado. Las creencias las exponen y las garantizan. Los ritos
son los medios que aseguran su práctica.
Nos dice que la actitud religiosa es
relativizar este mundo, es decir, que algún fenómeno a cambio que no nos
podamos explicar a través del razonamiento, lo relativizamos como algo divino.
Lo religioso seria cuando el hombre intuye que lago lo sobrepasa, o sea, que cuando el hombre ya no sabe cómo
explicar los fenómenos, los asume como un asunto divino, por ejemplo los
milagros.
La esencia
de la religión
La religión se relaciona con el hombre y su salvación,
la creencia religiosa comienza con lo inexplicable de las cosas. No puede ser
religión si no hay a quien adorar, en la religión vemos lo sobrenatural como
algo sagrado. La religión es una vivencia, para el racionalista la fe es
inferior. La razón y Fe son necesarias para tener una religión. La religión es
el alma de las culturas.
La religión forma un
papel importante. Es la determinación y
conservación de los valores que son inculcados en la familia. Es capaz de
penetrar, elevar, dignificar y fecundar todos los niveles personales y
sociales.
Dentro de la religión se concibe una
cosmovisión diferente pero cada persona tiene su propia cosmovisión del mundo.
De esta manera cada ser humano toma sus propias decisiones sobre la religión a
la que quiera pertenecer, pero algo importante para decir que es de una
religión es la fe que se tenga y la razón es lo más importante dentro de una
religión y es lo que la hace que crezca junto con sus creyentes; la religión no
es una teoría que se concibe como la práctica y la vivencia de la misma y de
acuerdo a la religión y la fe que se tenga pues de esa manera te encomiendas a
todas tus necesidades que tengas o que se te presentan en la vida, pero la fe
es la que hace que creas en esa religión. Sabemos bien que desde que nacemos ya
pertenecemos a una religión y una vez que seas adulto tu tomas la decisión de
seguir en esa misma religión o cambiarte si así lo deseas, pero ya eso depende
de la persona y de la fe que tenga a cada religión.
Diversos tipos de religión
Se presentan varios autores con diferentes
posturas al momento de clasificar la
religión, en algunas solo se requiere
que haya sucedido algún acontecimiento religioso para ser considerada como
religión, como las religiones reveladas, en otras necesitas tener un contacto
con un ser divino y comunicación con él, como lo es la profética, en otras solo
se busca un crecimiento personal, como lo
postula H. Dummery en su teoría de religión natural. También existen las
religiones estáticas, que son las que te impone la sociedad o cuando por ejemplo le tememos a la muerte, o las
religiones dinámicas, que es donde se inventa una historia en la cual creer a
causa de nuestra creatividad e
inteligencia para contar dicha historia.
Por otra parte también tenemos las religiones
sapienciales, que es donde no cabe ningún acontecimiento supersticioso, divino
o mágico. Esta se deja llevar más bien por el lado de la ciencia. Que al mencionarlo nos hace pensar que la
ciencia estuvo peleada con la religión, porque cada postura defendía sus
términos, y lo que no puede explicar la ciencia lo explica la religión, de ahí
tanto embrollo y disputas entre ellas. No quiere decir que la ciencia se oponga a
la enseñanza religiosa. Simplemente, intenta evitar que el pensamiento religioso
se confunda con el científico. Mientras que la religión se basa en conocimiento
revelado, recibido directamente de la divinidad, por medios que no pueden
expresarse a través de la razón (el creyente sabe que sabe, aunque no sepa cómo lo sabe), la ciencia produce conocimiento sobre la naturaleza, y
para ello se basa en la observación, la experimentación, la discusión y el
razonamiento lógico (el científico cree saber, aunque sí sabe por
qué cree lo
que cree).
Aunque las
religiones pueden cambiar, su naturaleza les impide evolucionar,
en el sentido en que sí lo hace la ciencia: encontrando explicaciones nuevas y
mejores que continuamente sustituyen a las antiguas. Los dogmas religiosos, en
cambio, son verdades eternas que no pueden ser refutadas.
Mientras que la
religión se basa en la fe (creer en algo sin necesidad de pruebas), en ciencia
el escepticismo es un valor central: para aceptar algo, se requieren
necesariamente pruebas convincentes. Por ello una educación científica, que
fomenta el escepticismo, puede chocar con la formación religiosa, que valora y
promueve la fe.
Al final,
mientras que la ciencia se limita a estudiar el mundo natural, la religión
abarca no sólo el mundo físico, sino también el de lo espiritual. Para fines
científicos, no hay razón para suponer que exista nada más allá del mundo
físico; la ciencia es, por necesidad, naturalista, y de entrada desecha cualquier
suposición que involucre fenómenos sobre-naturales.
En realidad,
ciencia y religión no son enemigas, aunque sí son distintas y quizá, en gran
medida, incompatibles. Lo cual no quiere decir que una busque eliminar a la
otra. Después de todo, tampoco el arte ni el amor son, afortunadamente,
explicables desde un punto de vista racional y científico.
Es de considerar que al final de cuentas
cada uno debería creer en la religión o creencia que más le convenza.
El
hombre como animal religioso.
Desde un punto de vista antropológico se
considera al hombre como un ser “religado” es decir, relacionado con el
absoluto.
La religión, tal como su nombre lo indica,
asegura un vínculo entre el hombre y el universo en el cual reside.
En el hombre se unen el conocimiento y el
amor como vías de acceso a la realidad; cuando tal acceso llega al máximo nivel
lo conocemos como “misterio”. Éste
entonces constituye el fin último del deseo humano hecho pregunta. Por ello, si queremos acceder a él, lo
debemos hacer mediante el amor, ya que está cerrado al saber puramente
intelectual.
Han existido sociedades sin arte, sin
ciencia y sin filosofía, pero ninguna ha existido sin religión. Se considera
que ésta es el alma del mundo, la cual anima toda la cultura, junto con la
filosofía, la moral y la poesía.
Se ha dicho que el hombre es religioso por
instinto, en realidad lo es por necesidad.
La religión le sale como el respirar y como el movimiento.
Discusión de la necesidad humana de la religión.
Según Bernard, la
religión, la filosofía y la ciencia son tres cosas que no pueden destruirse una
y otra, al contrario se perfeccionan y subsisten. Aunque esto no es posible
para algunos científicos, considerada como una crisis de fe cultural, llamada
así porque como bien dice M. Mencarelli: “La ciencia no resuelve el problema
del hombre, no resuelve su misterio; y el hombre queda con la necesidad de dar
una respuesta radical a su existencia.” Es por ello que hoy en día puede ser
difícil comprender el motivo por el cual estamos aquí, porque entre más
estudios se tengan, se cree más en los hechos reales que comprueba la ciencia y
se deja de lado la espiritualidad de la fe, lo que impide tener una noción
clara del sentido de la existencia.
Conclusiones:
Se puede concluir, que la vida social no puede
concebirse sin una dimensión religiosa, ya que a través de ella es posible
analizar el estatus moral que rige una sociedad, así como la cosmovisión que se
guarda en torno de ella, lo que brinda una identidad única a los habitantes que
en ella residen.
Podemos decir que no hay religiones buenas o malas,
o menos válidas e inválidas, simplemente son distintas, así como las sociedades
y, por tanto, todas merecen ser consideradas. El problema de las sociedades es que
no aceptan formas alternas de pensamiento, ni reconocen, comprenden y respetan
la diferencia; después de todo, el ser humano es distinto en cualquier lugar
del mundo.
La religión cobra fuerza como fenómeno cultural
debido a que ésta ayuda a construir la personalidad en la infancia y a asegurar
la cohesión social a través de la
configuración de un etho[1]s
colectivo.
La importancia del estudio de la religión como una
dimensión cultural se debe a que ésta es la reproducción de los agentes
culturales de una deidad que refleja de forma idílica[2]
las características inherentes de los seres humanos y en la que se polariza[3]
la acción social por medio de un constructo simbólico en el que Dios aparece
como perfecto e ilimitado, mientras que en el otro polo se encuentran las
personas como seres falibles y limitadas.
Debemos asumir que la religión acompaña a las
sociedades como un elemento sustancial en la configuración del individuo y de
su propia identidad, de tal forma que las maneras en que se presenta y se
organiza es lo que le dará el carácter de una estructura y de una entidad que
formulará parte del accionar social.
INTEGRANTES:
·
José
Gabriel Ávila Salazar
·
Claudia Lucía Cabrera Sánchez
·
Mónica
Gabriela Campos Canchola
·
Susana
González Barajas
·
Carolina
González Rincón
·
Jazmín
Judith Guerrero Bermúdez
·
Ana
Cristina Maya Ibarra
·
Francisco
Adrian Méndez Cervantes
·
Lucía
Méndez Haro
·
Verónica
Oceguera García
·
Luis
Ramón Pimentel Rodríguez