martes, 7 de julio de 2015

LA RELIGIÓN COMO ELEMENTO TEÓRICO VIVENCIAL DE LA COSMOVISIÓN.




COMENTARIOS AL TEMA: “LA RELIGIÓN COMO ELEMENTO TEÓRICO VIVENCIAL DE LA COSMOVISIÓN”

ü  Cosmovisión

El ser humano con el simple hecho de pretender formar parte de una religión ya asemeja una cosmovisión, y por su parte la misma religión manifiesta su propia cosmovisión: serie de actitudes que practica una persona. La religión son expresiones vivenciales. A través de la religión las creencias pasan a formar parte de su vida.

ü  La vivencia y la naturaleza de lo religioso.

La religión es objeto de estudio a partir del siglo 19, actualmente se considera una ciencia notablemente desarrollada, existe diversidad y se usan técnicas descriptivas y deductivas para elegir una religión. Desde la fenomenología la religión va más allá de una relación con dios. Las personas buscan un fin último más que una divinidad.

ü  Relatividad y conocimiento.

El ser humano suele a relacionar los fenómenos “Sobrenaturales” con la religión, y a sobrenatural nos referimos a los hechos a los que no encuentra explicación o en su caso no tiene el conocimiento requerido para describirlos y comprenderlos desde un punto empírico.

No hay religión sin lo sagrado, es decir que no hay religión sin un símbolo al cual adorar, como por ejemplo la cruz. La experiencia con lo sagrado vivifica el conjunto de diversas manifestaciones de la vida religiosa. Ésta se presenta como el conjunto de las relaciones del hombre con lo sagrado. Las creencias las exponen y las garantizan. Los ritos son los medios que aseguran su práctica.

Nos dice que la actitud religiosa es relativizar este mundo, es decir, que algún fenómeno a cambio que no nos podamos explicar a través del razonamiento, lo relativizamos como algo divino. Lo religioso seria cuando el hombre intuye que lago lo sobrepasa,  o sea, que cuando el hombre ya no sabe cómo explicar los fenómenos, los asume como un asunto divino, por ejemplo los milagros.

La esencia de la religión

La religión se relaciona con el hombre y su salvación, la creencia religiosa comienza con lo inexplicable de las cosas. No puede ser religión si no hay a quien adorar, en la religión vemos lo sobrenatural como algo sagrado. La religión es una vivencia, para el racionalista la fe es inferior. La razón y Fe son necesarias para tener una religión. La religión es el alma de las culturas.

La religión forma un papel importante.  Es la determinación y conservación de los valores que son inculcados en la familia. Es capaz de penetrar, elevar, dignificar y fecundar todos los niveles personales y sociales.

Dentro de la religión se concibe una cosmovisión diferente pero cada persona tiene su propia cosmovisión del mundo. De esta manera cada ser humano toma sus propias decisiones sobre la religión a la que quiera pertenecer, pero algo importante para decir que es de una religión es la fe que se tenga y la razón es lo más importante dentro de una religión y es lo que la hace que crezca junto con sus creyentes; la religión no es una teoría que se concibe como la práctica y la vivencia de la misma y de acuerdo a la religión y la fe que se tenga pues de esa manera te encomiendas a todas tus necesidades que tengas o que se te presentan en la vida, pero la fe es la que hace que creas en esa religión. Sabemos bien que desde que nacemos ya pertenecemos a una religión y una vez que seas adulto tu tomas la decisión de seguir en esa misma religión o cambiarte si así lo deseas, pero ya eso depende de la persona y de la fe que tenga a cada religión.

Diversos  tipos de religión

Se presentan varios autores con diferentes posturas al momento de clasificar  la religión,  en algunas solo se requiere que haya sucedido algún acontecimiento religioso para ser considerada como religión, como las religiones reveladas, en otras necesitas tener un contacto con un ser divino y comunicación con él, como lo es la profética, en otras solo se busca un crecimiento personal, como lo  postula H. Dummery en su teoría de religión natural. También existen las religiones estáticas, que son las que te impone la sociedad o cuando por  ejemplo le tememos a la muerte, o las religiones dinámicas, que es donde se inventa una historia en la cual creer a causa de nuestra creatividad  e inteligencia para contar dicha historia.

Por otra parte también tenemos las religiones sapienciales, que es donde no cabe ningún acontecimiento supersticioso, divino o mágico. Esta se deja llevar más bien por el lado de la ciencia.  Que al mencionarlo nos hace pensar que la ciencia estuvo peleada con la religión, porque cada postura defendía sus términos, y lo que no puede explicar la ciencia lo explica la religión, de ahí tanto embrollo y disputas entre ellas. No quiere decir que la ciencia se oponga a la enseñanza religiosa. Simplemente, intenta evitar que el pensamiento religioso se confunda con el científico. Mientras que la religión se basa en conocimiento revelado, recibido directamente de la divinidad, por medios que no pueden expresarse a través de la razón (el creyente sabe que sabe, aunque no sepa cómo lo sabe), la ciencia produce conocimiento sobre la naturaleza, y para ello se basa en la observación, la experimentación, la discusión y el razonamiento lógico (el científico cree saber, aunque sí sabe por qué cree lo que cree).

Aunque las religiones pueden cambiar, su naturaleza les impide evolucionar, en el sentido en que sí lo hace la ciencia: encontrando explicaciones nuevas y mejores que continuamente sustituyen a las antiguas. Los dogmas religiosos, en cambio, son verdades eternas que no pueden ser refutadas.

Mientras que la religión se basa en la fe (creer en algo sin necesidad de pruebas), en ciencia el escepticismo es un valor central: para aceptar algo, se requieren necesariamente pruebas convincentes. Por ello una educación científica, que fomenta el escepticismo, puede chocar con la formación religiosa, que valora y promueve la fe.

Al final, mientras que la ciencia se limita a estudiar el mundo natural, la religión abarca no sólo el mundo físico, sino también el de lo espiritual. Para fines científicos, no hay razón para suponer que exista nada más allá del mundo físico; la ciencia es, por necesidad, naturalista, y de entrada desecha cualquier suposición que involucre fenómenos sobre-naturales.

En realidad, ciencia y religión no son enemigas, aunque sí son distintas y quizá, en gran medida, incompatibles. Lo cual no quiere decir que una busque eliminar a la otra. Después de todo, tampoco el arte ni el amor son, afortunadamente, explicables desde un punto de vista racional y científico.

Es de considerar que al final de cuentas cada uno debería creer en la religión o creencia que más le convenza. 

El hombre como animal religioso.

Desde un punto de vista antropológico se considera al hombre como un ser “religado” es decir, relacionado con el absoluto.

La religión, tal como su nombre lo indica, asegura un vínculo entre el hombre y el universo en el cual reside.

En el hombre se unen el conocimiento y el amor como vías de acceso a la realidad; cuando tal acceso llega al máximo nivel lo conocemos como “misterio”.  Éste entonces constituye el fin último del deseo humano hecho pregunta.  Por ello, si queremos acceder a él, lo debemos hacer mediante el amor, ya que está cerrado al saber puramente intelectual.

Han existido sociedades sin arte, sin ciencia y sin filosofía, pero ninguna ha existido sin religión. Se considera que ésta es el alma del mundo, la cual anima toda la cultura, junto con la filosofía, la moral y la poesía.

Se ha dicho que el hombre es religioso por instinto, en realidad lo es por necesidad.  La religión le sale como el respirar y como el movimiento.

Discusión de la necesidad humana de la religión.

Según Bernard, la religión, la filosofía y la ciencia son tres cosas que no pueden destruirse una y otra, al contrario se perfeccionan y subsisten. Aunque esto no es posible para algunos científicos, considerada como una crisis de fe cultural, llamada así porque como bien dice M. Mencarelli: “La ciencia no resuelve el problema del hombre, no resuelve su misterio; y el hombre queda con la necesidad de dar una respuesta radical a su existencia.” Es por ello que hoy en día puede ser difícil comprender el motivo por el cual estamos aquí, porque entre más estudios se tengan, se cree más en los hechos reales que comprueba la ciencia y se deja de lado la espiritualidad de la fe, lo que impide tener una noción clara del sentido de la existencia.

Conclusiones:

Se puede concluir, que la vida social no puede concebirse sin una dimensión religiosa, ya que a través de ella es posible analizar el estatus moral que rige una sociedad, así como la cosmovisión que se guarda en torno de ella, lo que brinda una identidad única a los habitantes que en ella residen.

Podemos decir que no hay religiones buenas o malas, o menos válidas e inválidas, simplemente son distintas, así como las sociedades y, por tanto, todas merecen ser consideradas. El problema de las sociedades es que no aceptan formas alternas de pensamiento, ni reconocen, comprenden y respetan la diferencia; después de todo, el ser humano es distinto en cualquier lugar del mundo.

La religión cobra fuerza como fenómeno cultural debido a que ésta ayuda a construir la personalidad en la infancia y a asegurar la cohesión  social a través de la configuración de un etho[1]s colectivo.

La importancia del estudio de la religión como una dimensión cultural se debe a que ésta es la reproducción de los agentes culturales de una deidad que refleja de forma idílica[2] las características inherentes de los seres humanos y en la que se polariza[3] la acción social por medio de un constructo simbólico en el que Dios aparece como perfecto e ilimitado, mientras que en el otro polo se encuentran las personas como seres falibles y limitadas.

Debemos asumir que la religión acompaña a las sociedades como un elemento sustancial en la configuración del individuo y de su propia identidad, de tal forma que las maneras en que se presenta y se organiza es lo que le dará el carácter de una estructura y de una entidad que formulará parte del accionar social.

INTEGRANTES:

·         José Gabriel Ávila Salazar
·         Claudia Lucía Cabrera Sánchez
·         Mónica Gabriela Campos Canchola
·         Susana González Barajas
·         Carolina González Rincón
·         Jazmín Judith Guerrero Bermúdez
·         Ana Cristina Maya Ibarra
·         Francisco Adrian Méndez Cervantes
·         Lucía Méndez Haro
·         Verónica Oceguera García
·         Luis Ramón Pimentel Rodríguez



[1] Forma común de vida o de comportamiento que adopta un grupo de individuos que pertenecen a una misma sociedad.

[2] Del idilio o relacionado con él.
[3] Dirigirse hacia una cosa o persona determinada.

viernes, 3 de julio de 2015

RESEÑA: CARTA ENCÍCLICA DE JUAN PABLO SEGUNDO SOBRE LA FE Y RAZÓN.

RESEÑA: CARTA ENCÍCLICA DE JUAN PABLO II SOBRE LA FE Y RAZÓN.




Comenzare abordando las palabras del Sumo Pontífice Juan Pablo II respecto a la Fe y Razón, "La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad".

En su primer apartado donde nos habla sobre la revelación de la sabiduría de dios el Papa nos presenta el conocimiento que viene de la fe, la Revelación como conocimiento que Dios mismo ofrece al hombre, además del conocimiento propio de la razón humana, capaz por su naturaleza de llegar hasta el Creador, donde alude a que existe un conocimiento que es peculiar de la fe. En el segundo capítulo menciona que la sabiduría toda lo sabe y entiende, en este segundo capítulo se destaca que en la Sagrada Escritura está la seguridad de que hay una intensa unidad entre el discernimiento de la razón y el de la fe y que ciertamente no podemos prescindir del conocimiento que allí nos entrega Dios. El siguiente capítulo es caminando en busca de la verdad, en este tercer capítulo, sobre “entender para creer”, el Papa Juan Pablo II, considera la premisa que el hombre desea conocer la verdad. En efecto, el hombre, con su razón, desde toda su vida se interroga sobre todas las cosas, y dice: “Incluso la vida diaria muestra cuán interesado está cada uno en descubrir, más allá de lo conocido, cómo están verdaderamente las cosas”. Su búsqueda tiende hacia una verdad que pueda explicar el sentido de la vida. Esta verdad también se encuentra en el testimonio de los otros, lo cual forma parte de la existencia normal de una persona: "En la vida de un hombre, las verdades simplemente creídas son mucho más numerosas que las adquiridas mediante la constatación personal". Uno de los apartados que también analizaremos son las etapas más significativas en el encuentro entre la fe y la razón, en este capítulo, el Papa expresa que "Los primeros cristianos, para hacerse comprender por los paganos, no podían referirse sólo a Moisés y los Profetas; debían también apoyarse en el conocimiento natural de Dios y en la voz de la conciencia moral de cada hombre". También nos presenta el ejemplo de los Padres de la Iglesia, los cuales, "fueron capaces de sacar a la luz plenamente lo que todavía permanecía implícito y propedéutico en el pensamiento de los grandes filósofos antiguos". En el capítulo denominado intervenciones del magisterio en cuestiones filosóficas, se mencionan diversos pronunciamientos del Magisterio sobre cuestiones filosóficas. El Papa expone que “El Magisterio eclesiástico puede y debe, por tanto, ejercer con autoridad, a la luz de la fe, su propio discernimiento crítico en relación con las filosofías y las afirmaciones que se contraponen a la doctrina cristiana”. Se considera desde la idea de que "la Iglesia no propone una filosofía propia ni canoniza una filosofía particular con menoscabo de otras", pero sí "tiene el deber de indicar lo que en un sistema filosófico puede ser incompatible con su fe". Está claro, además, que "ninguna forma histórica de filosofía puede legítimamente pretender abarcar toda la verdad, ni ser la explicación plena del ser humano, del mundo y de la relación del hombre con Dios". En el penúltimo capítulo sobre la Interacción entre teología y filosofía. La ciencia de la fe y las exigencias de la razón filosófica, trata de establecer la armonía entre filosofía y teología, el Papa lo inicia exponiendo: “palabra de Dios se dirige a cada hombre, en todos los tiempos y lugares de la tierra; y el hombre es naturalmente filósofo. Por su parte, la teología, en cuanto elaboración refleja y científica de la inteligencia de esta palabra a la luz de la fe, no puede prescindir de relacionarse con las filosofías elaboradas de hecho a lo largo de la historia, tanto para algunos de sus procedimientos como también para lograr sus tareas específicas”. Con esto, este capítulo está dedicado a las exigencias que las diversas disciplinas teológicas deben mantener en relación con el saber filosófico. La idea central es que sin la aportación de la filosofía no se podrían ilustrar determinados contenidos teológicos. Y en el último apartado que hace referencia a las exigencias y cometidos actuales. Exigencias irrenunciables de la palabra de Dios, comienza este capítulo, diciendo que: “La Sagrada Escritura contiene, de manera explícita o implícita, una serie de elementos que permiten obtener una visión del hombre y del mundo de gran valor filosófico. Los cristianos han tomado conciencia progresivamente de la riqueza contenida en aquellas páginas sagradas.” El tema en el cual se centra este capítulo, es la revelación como el “punto de referencia y de confrontación" entre la filosofía y la fe. La Sagrada Escritura contiene una serie de elementos que permiten obtener una visión del hombre y del mundo de gran valor filosófico. De ella se deduce que "la realidad que experimentamos no es el absoluto". La convicción fundamental de esta "filosofía" contenida en la Biblia es que "la vida humana y el mundo tienen un sentido y están orientados hacia su cumplimiento, que se realiza en Jesucristo".

En su conclusión expresa el Papa que: “se ha de tener en cuenta que la negación del ser comporta inevitablemente la pérdida de contacto con la verdad objetiva y, por consiguiente, con el fundamento de la dignidad humana. Y agrega más adelante: "Verdad y libertad, o bien van juntas o juntas perecen miserablemente". En las páginas de conclusión, el Papa retoma algunas de las ideas desarrolladas en la Encíclica señalando que: "lo más urgente hoy es llevar a los hombres a descubrir su capacidad de conocer la verdad". "Una de las mayores amenazas en este fin de siglo es la tentación de la desesperación".










¿EN QUÉ CREEN LOS QUE NO CREEN?

¿EN QUE CREEN LOS QUE NO CREEN?












El libro presenta un interesante diálogo epistolar entre el filósofo Umberto Eco y el Arzobispo Emérito de Milán, Carlo María Martini seguido de un “coro” de intelectuales italianos de reconocido prestigio. La premisa del intercambio, publicado por la revista Liberal a partir de marzo de 1995, es la reflexión sobre los principales claroscuros que se abren ante el Hombre en estos tiempos de cambio y duda desde la perspectiva de quienes ven una trascendencia en la vida y en los actos y de quienes, partiendo de otras premisas, se esfuerzan por encontrar motivos para la Esperanza y para no morir en la apatía frente a un televisor, incapaces de tomar partido, en palabras de Umberto Eco.

Y es la idea del fin la que inicia el debate. Eco destaca cómo la Iglesia ha convivido pacíficamente con la idea del Apocalipsis, del fin de los tiempos, pero logrando darle un sentido cada vez más metafórico, espiritual y menos catastrófico. En aparente contradicción, el temor ante un colapso general que ponga término a la Vida en la Tierra parece haberse instalado en el mundo laico, y así, señala los múltiples apocalípticos que desde la Política, la Ecología y un sinfín de corrientes de todo tipo hacen de esta nueva prédica su principal argumento (y medio de vida en muchos casos). Todo ello con el pesado agravante de que estos nuevos milenarismos vienen apoyados por tesis científicas, Por ello, Eco se pregunta si existe aún una noción de Esperanza que permita iluminar nuestro concepto de la Historia como un devenir de progreso, en el que el Hombre sea el artífice de dicho avance.

Martini acepta los presupuestos de Eco y se interroga sobre si cabe una Esperanza en el sentido declarado por Umberto Eco que pueda devenir en un campo de juego común para creyentes y no creyentes. Y lo cree posible a la vista de la experiencia de quienes, desde ambos campos, se esfuerzan por crear un mundo mejor, por actuar de manera responsable en su entorno y todo ello sin obtener retribución visible de ningún tipo; es decir, evitando nombrar los motivos de cada cuál para no entrar en debate estéril, sino centrándonos en los actos y hechos, observamos esa coincidencia al margen de creencias. Y esa Esperanza parece, a su juicio, capaz de iluminar el futuro haciéndonos críticos con nuestros errores y arrancándonos del confort de nuestra sala de estar.

Pero no creamos que el diálogo se limita a aquellos aspectos genéricos en los que se puede presumir una cierta concordancia de criterios. Pronto Eco se lanza al espinoso tema del aborto partiendo de la premisa de que él no apoyaría el aborto de un nasciturus por él concebido por considerarlo un atentado contra el mayor de los milagros, que es el nacimiento de una nueva vida pero, al tiempo, se siente incapaz de imponer su criterio a quienes no piensan como él. Repasando los debates de la Iglesia describe cómo para ésta tampoco ha quedado claro en cada momento histórico el exacto y preciso minuto en el que se transfiere la vida y el alma al nasciturus, y tampoco la ciencia moderna parece capaz de definir un momento clave que determine el comienzo de la vida y, por tanto, el instante a partir del cual, ésta debe recibir la protección jurídica que a todos nos es concedida. Por ello, finaliza, o bien no se debe permitir el aborto en ningún caso, o bien se debe dejar tal decisión a la madre, quien asumirá las consecuencias de su decisión respondiendo ante su conciencia de sus actos. No parece muy convincente en este caso puesto que la imposibilidad de determinar el nacimiento de la Vida puede ser argumento para el legislador, que debe atender al pragmatismo y definir claramente qué y qué no es delito, pero un filósofo debería asumir un mayor riesgo dialéctico.

Para Martini, no es una sorpresa, la concepción es el momento en el que la potencia del ser vivo se transfiere a un embrión que está llamado a este mundo, que depende de su madre pero que tiene independencia de la misma, que es esperado y definido y vivido por sus padres como un tercero. Si bien no parece posible en este caso un campo común de acuerdo más allá de que todos consideren el aborto como una desgracia y ultima ratio.

Desviándose de un tema tan espinoso pero abordando otro no menos polémico, Umberto Eco manifiesta sus dudas sobre la ordenación sacerdotal exclusiva para los varones no encontrando sustento en las Escrituras que pueda justificar dicha discriminación, máxime cuando el propio Jesucristo dio muestras de superar las limitaciones culturales del Israel de sus días, cuando en muchos momentos primó a las mujeres sobre los hombres. Martini se refugia en los misterios revelados para defender la actual postura de la Iglesia, si bien, concluye que los misterios son eso, misterios, cuya comprensión es tarea de la Iglesia que debe avanzar en su iluminación. En definitiva, que la puerta no está cerrada pero queda por definir si estos ojos lo verán.

Sin embargo, más importante al menos a mi juicio, que el tema de la ordenación de las mujeres es el planteamiento previo que hace Umberto Eco para justificar su “intromisión” en una decisión exclusiva de la Iglesia. Y es que Eco defiende la libertad para que un credo establezca sus reglas de manera autónoma y niega la crítica externa de quienes no perteneciendo a dicha confesión pretendan su modificación. Defiende, por tanto, que la pertenencia a una confesión al igual que a un club conlleva unas normas que se aceptan y se entra en dicha comunidad, o se rechazan y se busca una más acorde con nuestro pensamiento. En contra, defiende la posibilidad de que un credo exprese sus opiniones y aún su crítica sobre aspectos de ética natural siempre y cuando no trate de imponer sus propios principios a los ajenos a dicho credo. Martini coincide con esta opinión, si bien hace la salvedad de que el límite que establecen las leyes del Estado no excluye el papel de la Iglesia o los seguidores de cualquier creencia a instar su modificación en la medida en la que lo puedan hacer otros grupos sociales y siempre desde la perspectiva del bien común.

Y digo que esta reflexión me parece interesante, aunque aparezca dispersa entre el diálogo sobre el sacerdocio femenino, puesto que va más allá del aspecto religioso. En estos días en que la religión católica ya no es patrimonio del Estado, ni la única opción de los fieles, y debe convivir con otras tantas religiones, algunas próximas y otras extrañas con las que se nos trata de enfrentar, se debe aceptar la expresión de la opinión de su jerarquía así como la licitud de sus decisiones internas y autónomas puesto que a nada nos obligan si así no lo deseamos. Claro que lo mismo se debe predicar de judíos o musulmanes, mormones o adventistas, cuyas creencias deberán ser respetadas con el límite del derecho ajeno, lo que choca con esa exigencia tan burda de la integración de aquellos que vienen a nuestras tierras no por la admiración que sienten por nuestras costumbres o cultura, sino para alimentar a sus hijos. Y es que por integración muchos entienden asimilación.

El siguiente carteo se adentra en el punto más complejo, a saber, en qué se basa la moral de aquellos que no la fundan en un Absoluto que trascienda el sentido de la vida de cada uno de nosotros, qué impulsa a un no creyente a sacrificar incluso su vida por sus convicciones. La respuesta de Eco es clara y parte de la aclaración de que la existencia de un Absoluto no excluye que un creyente obre de forma inmoral por lo que tampoco cabrá extrañarse de que un no creyente también actúe de ese modo sin que dichos actos quepa atribuirlos a su condición de no creyente. Para Eco hay una serie de conceptos comunes a todo hombre, que le definen en el espacio, en su relación con el Universo, y que permiten establecer un punto común intercultural sobre el que fundar una ética laica que ordena el respeto a la corporeidad ajena.

Y aquí es donde el diálogo a dos se abre en forma de coro y entran en escena dos filósofos, dos periodistas y dos políticos para, alumbrar desde sus personales posiciones las posibles respuestas respecto a la opinion por Carlo María Martini. Y este coro resulta en ocasiones disonante ya que cada cual apunta sus propias razones.

El filósofo Severino defiende que la técnica es el verdadero sustento de la ética dado que el progreso, la idea del devenir y la conciencia de que se debe hacer todo lo que esté en nuestra mano para favorecer el progreso técnico supone el ocaso de la civilización occidental y los valores que propugna, como esa idea del Absoluto, sea la propuesta por Martini (un Absoluto autónomo) o la de Eco (un Absoluto derivado de la dignidad humana o como quiera llamarse el principio natural en que se base). Sin embargo, parece que esa ética que propugna Severino adolecería de un relativismo que la haría inviable en la práctica favoreciendo a minorías que pretendieran imponer su criterio aún a costa de cualquier sacrificio. Y es que no son tan lejanos los tiempos en que los hombres eran inmolados bajo el peso de la idea del Progreso.

Pero ni siquiera la técnica sirve para otro filósofo Manlio Sgalambro quien defiende que cualquier acto de bondad supone la negación misma de Dios, que Dios es una naturaleza inferior que dispone un mundo propicio para el crimen y la maldad, de ahí que todo intento ético suponga la negación del plan divino.

Algo menos radical y más asentado en la realidad cotidiana y en la necesidad de fundar la ética laica en principios válidos y aplicables la manifiesta el periodista Eugenio Scalfari que niega que el Absoluto pueda fundar en la práctica una ética autónoma del contexto cultural e histórico para lo que pone el ejemplo de los actos de la Iglesia a lo largo de su historia, actos de violencia y odio pese a defender el Amor como uno de sus principios rectores. Para él, la pertenencia a la especie humana y el deseo de su preservación pugna con el sentimiento egoísta de la supervivencia propia y en esa lucha nace precisamente el impulso ético laico. Montanelli proclama su tristeza y pesar ante su imposibilidad de creer, ante el vacío de su vida y la imposibilidad de fijar un fin y sentido para la misma.

Desde el bando político, Vittorio Foa reclama el respeto que los otros merecen. Proclama que en un siglo presidido por el exterminio y la persecución cobra todo su sentido y nos hace preguntarnos cómo es posible que tanta diatriba sobre la ética, toda una tradición en la filosofía occidental, no sirviera para poner pronto freno a tanta barbarie. En parecidos términos se manifiesta Claudio Martelli quien hace una poda de los valores absolutos, rememorando los tiempos de la Ilustración, para alcanzar un mínimo común y practicable desde lo que denomina la ética de la tolerancia.

Y como cierre final, Carlo María Martini retoma la palabra para expresar su idea de que los tiempos actuales predisponen a la apatía, con su relativismo y su confianza ciega en la tecnología favoreciendo la presencia del Mal, tenga éste la manifestación que queramos, sin poder oponer al mismo una idea del Bien que nos permita, retomando las palabras iniciales de Umberto Eco, recuperar una Esperanza que nos arranque de las poltronas para proteger el único valor sobre el que todos estamos de acuerdo, la Vida, con independencia de cuál sea el fundamento en que basemos tal creencia.

Como iniciaba este largo comentario, el libro no contiene la respuesta a la pregunta que lanza desde su portada pero nadie en su sano juicio puede esperar una respuesta fácil a tal pregunta. Y en muchas ocasiones es de más utilidad la pregunta que la respuesta, el camino que la conclusión final.

martes, 23 de junio de 2015

Los 4 pilares de la Educación



LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN








Aprender a Conocer. Destaca la importancia de la investigación y propone que se haga desde la cooperación. Profundiza sobre el hecho de Aprender a Aprender subrayando aspectos como la memoria que propone selectiva y asociativa, la atención que recomienda de percepción abierta y de carácter provechoso y el pensamiento que indica desde su perspectiva deductiva y también inductiva (concreción y abstracción). Es el aprendizaje de comprender lo que nos rodea y como una forma de hacerlo gozosa, motivadora y que vincula a los intereses de la persona con la comprensión y el conocimiento de lo que experimenta y tiene a su alrededor. Señala también que este conocimiento tiene dos vertientes: una cultura general de la sociedad y su evolución y otra más especializada dirigida a la proyección de cada uno de nosotros según nuestras motivaciones. Por último señala que la adquisición de conocimientos es un proceso sin fin que permanece mientras se experimenta la vida.


Aprender a Hacer. Destaca que en la evolución de la sociedad en la que vivimos la calificación profesional ha dejado paso a la adquisición de competencias viendo al trabajador desde una perspectiva más humanizada e integral, y desarrolla la idea de la necesidad de un/a trabajador/a que aúne técnica con aptitud y capacidad interpersonal, poniendo énfasis en el sector de los servicios. Contextualiza el mundo laboral desde la dualidad de trabajo sustituible por máquinas y la capacidad que perseguimos de posibilitar empleo. Y por último, formula su visión del trabajo en las economías en desarrollo, recalcando la importancia en ellas, de la calificación social y formación profesional, y el interés que tienen por modernizarse cara a un futuro, resaltando el carácter de reto común entre las economías en desarrollo y las desarrolladas de todo este proceso.


Aprender a Vivir juntos. Expone dos orientaciones para afrontar esta cuestión: por un lado Descubrir gradualmente al otro desde la diversidad, las semejanzas y la interdependencia y desde la capacidad de empatía, y por otro lado Participar en proyectos comunes que se caractericen por tener puntos de convergencia e interés común, este aspecto hablando de la contradicción que se genera de querer educar en la noviolencia, la resolución de conflictos y la interculturalidad y a la vez exaltar como intereses generales el espíritu competitivo y el éxito individual. 


Aprender a Ser. Remarca el peligro de deshumanización a partir del hecho tecnológico, la importancia de la innovación y cambio social y la necesidad de la creatividad y la imaginación como herramientas para ello, lo fundante de las oportunidades y las experiencias a las que tenemos o deberíamos tener acceso como personas y acaba expresando que todo esto que se explica en el texto es un proceso que va del nacimiento hasta la muerte y del conocimiento de uno mismo al de los demás.






Código de ética del Licenciado en Administración




Puedes consultar mas información en el siguiente link:






Reseña: La ética del hacker y el espíritu de la era de la información


La ética del hacker y el espíritu de la era de la información.





*Para la ética protestante el trabajo es un fin en sí mismo, un deber. 


*La ética protestante busca la optimización y organización del tiempo, imponiendo la idea de tiempo laboral regular frente a la de tiempo autorganizado. Las nuevas tecnologías de la información podrían favorecer una mayor flexibilidad del tiempo, aunque están acentuando la organización de la vida en función del trabajo. 


*Para el hacker es interés, entusiasmo, gozo y, sobre todo, pasión. 


*El hacker las usará para lograr la libertad con la que organizar su propio tiempo. Sabe que la productividad en la economía de la información la trae la creatividad, y ésta no entiende de rigideces horarias. 


*La ética protestante tiene al trabajo y al dinero como fines. La Nueva Economíasubordina el trabajo al dinero y refuerza, además, la idea de propiedad, que hace extensible a la información. Por el contrario, el hacker defiende el libre acceso, como históricamente ha hecho laética académica y científica -las nuevas aportaciones quedan a disposición de la comunidad, que podrá seguir trabajando sobre ellas para seguir avanzando-. 


*La principal motivación del hacker es que su aportación sea valiosa para la comunidad, en un sentido social. Hay hackers que ven en el dinero el medio de conseguir independencia, si bien nunca a costa de privar de la información a los demás. Por varios motivos, entre los que destaca la defensa del libre acceso a la información, el modelo de aprendizaje del hacker es parecido al de la academia, en cuanto a que es un modelo abierto, sin una estructura jerárquica -el maestro no trasmite conocimiento, sino que guía a los discípulos para que lo construyan por sí mismos-. Opuesto a éste, tenemos el modelo cerrado, que no admite iniciativa ni ejercicio crítico. Este modelo hacker de aprendizaje podría servir para crear una Academia Red generalizada, según Himanen. Incluso, podría convertirse en un modelo social. 


Puedes consultar el libro en el siguiente link: 


Entrevista a Pierre Levy



Entrevista a Pierre Levy


El 23 de junio el diario francés Le Monde publicó una interesante entrevista al sociólogo y filósofo tunesino Pierre Lévy en la cual expone ideas concisas sobre el desarrollo e implicaciones de la inteligencia colectiva en la sociedad a través de un medio como internet, además comenta a grandes rasgos sobre su actual proyecto de investigación, el IEML (Información Economy Meta Language), una lengua artificial concebida para ser simultáneamente manipulada por los ordenadores y capaz de expresar los matices semánticos y pragmáticos de las lenguas naturales.


El director de la cátedra de inteligencia colectiva en la Universidad de Ottawa advierte que los resultados obtenidos comúnmente por motores de búsqueda como Google o Yahoo!, aunque satisfacen a sus usuarios, éstos se encuentran muy lejos de su óptima explotación. Es por ello que su propuesta de una semántica computacional al servicio de la inteligencia colectiva puede aportar un gran servicio a la gestión de la memoria colectiva en el universo virtual.


Entrevista a Pierre Lévy. "La inteligencia colectiva, nuestra más grande riqueza"


-Le Monde: Desde principios de los años 90 usted creía en el potencial de internet. ¿Después de 20 años más tarde, cómo analiza la evolución de la red de redes?


-Pierre Lévy: La hipótesis que formulaba en aquella época, cuando pocas personas utilizaban internet y cuando la web comenzaba a nacer, era que la interconexión de ordenadores sería un vector de perfecccionamiento y aumento de la inteligencia colectiva. Digo aumento antes que creación porque la inteligencia colectiva es practicada por los seres humanos desde que disponen de lenguaje y cultura. Sólo somos inteligentes colectivamente gracias a los diferentes saberes transmitidos de generación en generación. Sencillamente, internet es mucho más potente que la imprenta, la radio o la televisión, porque permite una comunicación de tipo transversal y una mejor explotación de la memoria colectiva.


-LM: ¿Eso explica la fama de la actual expresión "inteligencia collectiva"?


-PL: En efecto, esa noción está trazando su camino. Tomamos conciencia de ella porque se transforma a un ritmo observable al interior de una misma generación. Antes las técnicas de inteligencia colectiva permanecían estables de una generación a otra. Ahora hay un salto, una aceleración. Es como un fondo que permanecía inmóvil y que hoy llega a ser una forma que reacciona.


-LM: ¿Cómo repercute en los actores sociales?


-PL: Lo que encuentro fascinante es que el uso de internet para desarrollar la inteligencia colectiva no es exclusivo de un grupo social en particular. Para las empresas o la administracione pública el objetivo es crear un mejor valor. Ofrecer un servicio de manera más eficaz al cliente o al ciudadano. Las ONG, las asociaciones y las redes sociales se organizan mejor gracias a esas nuevas herramientas. Cada quien utiliza internet de una forma diferente. Nuestro capital principal consta de lo que nos hace capaces de construir y lo que sabemos. Lo dos están muy ligados. Se tiene el interés de estudiar una de otras afin de actuar de una manera más eficaz. He allí la toma de conciencia más importante: el valor está en el conocimiento.


-LM: ¿Hoy en día todo el mundo puede realmente participar en la constitución del saber colectivo?


Para un nuevo modo de producción y acceso al conocimiento es necesario un nuevo modo de mediación.


-PL: Diría que eso se produce en dos niveles. Primero, para el contenido mismo del conocimiento con la creación colectiva en línea con la ayuda de wikis, cuya Wikipedia es la representación más conocida. Pero eso va más lejos todavía con la organización del contenido. Comunidades se agrupan para describir contenido y permitir a otros acceder a éste. Así no solamente todo el mundo se convierte en autor sino también en prescriptor, organizador de la memoria colectiva, documentalista, crítico. En suma todo el mundo se vuelve mediador. Para un nuevo modo de producción y acceso al conocimiento es necesario un nuevo modo de mediación.


-LM: ¿Internet no es hoy una inmensa biblioteca con libros amontonados en desorden?


-PL: En efecto, hacia finales del siglo XVIII y sobre todo en el siglo XIX, aparecieron con la ficha de descripción de libros (título, autor, contenido, signatura…) lo que hoy se denomina metadatos. Éstos permiten navegar en el contenido. Hoy, lo que está en juego en internet es la cuestión de los metadatos. Pocas personas han tomado la medida del reto que eso representa.


Actualmente los motores de búsqueda utlizan el texto como su propio metadato trabajando plenamente sobre el texto. Es una inmensa regresión con respecto a todo el trabajo realizado desde hace dos o tres siglos por los bibliotecarios y documentalistas. Un retorno a la prehistoria. La razón consiste en la importancia del fenómeno. Muy a menudo las bibliotecas estaban constituidas en una sola lengua y con una colección de obras progresivamente acumuladas. Internet aporta una cantidad inmensa, muy heterogénea, multilingüe. Existen hoy en día cientos de miles de millones de organizaciones diferentes e incompatibles en datos. De ahí la complejidad extrema del problema. Sin embargo para aumentar la inteligencia humana gracias a internet debemos reducirlos.


-LM: ¿Es el objeto de su actual trabajo?


-PL: Exactamente. Primero es necesario tomar conciencia de la actual opacidad de internet. Los mejores motores de búsqueda sólo toman entre el 10% y 20 % de su contenido. Gracias a la masa de datos disponibles casi siempre se encuentra lo que se busca y uno está satisfecho. Pero se permanece muy lejos de una óptima explotación. Me preguntaba que hacía falta crear un lenguaje de descripción, un metalenguaje, que pueda traducir las lenguas naturales y la clasificación de conceptos (ontología en informática), pero que sea igualmente "calculable". En efecto, los lenguajes naturales están hechos para ser manipulados por los cerebros humanos y no por computadoras. Mi lenguaje, IEML, es reconocible y tratable por una máquina porque es mucho más próximo al "lenguaje matemático" utilizado por los ordenadores.


-LM: Usted trabaja desde hace más de 15 años en ese lenguaje…


-PL: Sucede que es muy complicado de inventar. De tanto que no existen ejemplos a seguir. Aparte de los fracasos como el de la Caractérisque universelle de Leibnitz, que desde luego no tenía ordenador…, o del esperanto, que tenía la misma estructura que una lengua natural y suponía que todo el mundo lo aprendiera.


En el caso del IEML, el usuario final no tiene que aprenderlo. Él continuará trabajando en su lenguaje natural. El IEML intervendrá a un nivel subyacente. Sólo los ingenieros del conocimiento, los arquitectos de la información, es decir los profesionales, lo utilizarán. En efecto, es una lengua que no tiene semejanza en absoluto con la lengua natural. Sin embargo, el IEML tiene las características de una lengua natural, comprende los matices semánticos, pero refiriéndose a un ordenador.


-LM: ¿Dónde y cómo imagina la utilización del IEML en la Web?


-PL: Disponemos de un pequeño diccionario de 2000 términos. Lo desarrollamos adaptándolo en dominios particulares. Trabajo, por ejemplo, con un colega de HEC Montreal a fin de traducir el tesaurus de la American Economic Association. Se trata de crear todas las palabras necesarias a los economistas para indexar sus artículos. Nuestro motor de búsqueda será de esa manera mucho más eficaz a la hora de navegar en la inmensa literatura económica. El lenguaje va a desarrollarse en función de quienes decidan utilizarlo. Cada uno va a producir metadatos según su propia cultura. No se trata pues en absoluto de una empresa de estandarización. Simplemente evitar que en las diferencias no queden barreras infranqueables. Cada disciplina deberá hacer un esfuerzo de formalización de su saber pero, a plazos, se comprenderá la lengua del otro y se hará comprender la suya, sin estudiar la lengua extranjera…


-LM: ¿Con ello que se descubrirá?


-PL: Se harán aparecer las dimensiones geométricas del saber. En los viejos mapas geográficos de la Edad Media no había espacios en blanco. Desde que se utilizaron las coordenadas geográficas, los espacios en blanco aparecieron. IEML va a crear un sistema de coordenadas del espacio semántico permitiendo localizar lo desconocido, calcular las distancias entre significaciones. Eso no fabricará nuevas ideas pero indicará relaciones inadvertidas, virtualidades. La inteligencia colectiva coordinará el espacio semántico como coordina el espacio terrestre. En el espacio semántico delIEML no hay puntos de vista privilegiados. Las ideologías se vuelven simples perspectivas particulares. Con los actuales motores de búsqueda los resultados están ordenados según el algoritmo de Google o Yahoo. No se pueden tocar. Con mi proyecto se podrá elegir el orden de las respuestas. De ahí que éste sea un instrumento intelectual poderoso.


-LM: ¿Cuándo esa nueva herramienta estará disponible para los simples internautas?


-PL: Es un programa de investigación científica. Nos hacen falta todavía de dos a tres años para obtener su funcionamiento, es decir un software con un motor de búsqueda integrado que permita hacer la indexación automática y un motor de búsqueda semántico mucho más evolucionado que los motores existentes. En el mundo hay una cuarentena de personas que trabajan en el proyecto IEML, entre los que podemos contar a investigadores del laboratorio Paragraphe de Paris-VIII. Sólo el diccionario esta disponible en linea desde hace un año. Es un largo trabajo, pero en 2010 los internautas deberán poder descargar un software en el sitio del IEML y utilizarlo.


-LM: ¿Qué efectos puede tener tal herramienta en la sociedad y la política?


-PL: Pienso que va a volverse más inteligente. Como se va más lejos en coche que a pie, gracias a la explotación de la inteligencia colectiva los horizontes de pensamiento se ampliarán. Pienso que se podrán hacer las cosas de manera un poco más sensata, sopensando la diversidad y la complejidad.


Mi perspectiva política es la del desarrollo humano. Es necesario conectar la sociedad del conocimiento con el desarrollo humano. Lo anterior a fin de que la socidedad del conocimiento se oriente hacia un desarrollo integral que comprenda todos los aspectos de la sociedad. La economía, la educación, la salud, la seguridad, la transmisión de patrimonios, la investigación o la innovación son interdependientes. En el fondo la inteligencia colectiva es la fuente del desarrollo humano.



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